Soñar no cuesta nada, pero adentrémonos en un mundo fantástico, en donde ese ser imaginario (un diputado o senador ganando el mínimo), tendría que ir y llevar a sus seres queridos al Seguro Social cuando se enfermaran, tendrían que transportarse a su trabajo en metro o en autobús (y no en esas lujosisimas carrozas blindadas), tendrían que caminar en las calles expuestos a ser atropellados o asaltados, a estar expuestos a los baches, a los cortes de agua, a ver la ciudad como en realidad es y no recién pintada, bacheada y con florecitas cuando se dignan visitar las calles y colonias.
Creen ustedes que ese ser fantástico aprobaría leyes que le perdonaran impuestos a los grandes corporativos?, ¿qué permitieran que las mineras, televisoras, telefónicas y bancos joderse a los demás?, pues claro que no, estarían del lado que deberían estar, representado a una mayoría.
Los políticos sólo son una bolita de gente, que ha secuestrado símbolos, el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial, instituciones políticas que los habitantes de las democracias hemos aceptado como poderes legítimos para que nos gobiernen, el problema no es aceptar esta regulación, sino que estos parásitos se han adueñado de los controles de mando del país para su propio beneficio, porque los demás somos muchos más; mujeres, hombres, ancianos, ignorantes, enfermos, empleados, hijas y profesionistas, somos más pero controlados por una banda de facciosos, que han demostrado no ser las mejores mentes para servir, sean del color que sean, azules, amarillos, tricolores o de otros colores mínimos.
Me recuerda aquella anécdota del elefante aquel al que le amarraron una pata a una estaca cuando era pequeño, la cual lo detenía mientras era de tamaño pequeño, pero cuando creció y fue capaz de arrancar la estaca no lo hizo, porque estaba acostumbrado a la idea de que una pequeña estaca lo detendría, así estamos, el problema no es la estaca, el problema no es tener instituciones, ni el pago de los impuestos, sino pensar que las mentiras que nos han dicho son verdad ¿Cómo hemos permitido que nos hagan esto?, sí, nos han convencido que los necesitamos, nos han hecho cómplices de sus malos manejos, no sé si ustedes han visto la película Sin City (original de Frank Miller y dirigida por Robert Rodríguez con Quentin Tarantino), en esta película hay un senador corrupto (disculpen la redundancia) que dice que la ciudad se mantiene con mentiras, el secreto de triunfar en la ciudad es hacer que todos simulen creer las mentiras y una vez que hayan aceptado o que simulen aceptar esas mentiras entonces son cómplices y están obligados (moral, económica, política, ideológicamente) a seguir el juego. Está claro que no los necesitamos, es decir, sí necesitamos representantes, pero no a ese hato de hipócritas y avariciosos, necesitamos verdaderos servidores públicos, gente honesta y preocupada por los demás, ¿Qué si hay mexicanos así?, claro que los hay, no dudo que ustedes conozcan a alguien que les gustaría tenerlo de representante. Creo que un cambio debe venir de esos poderes, quizás, posiblemente y a lo mejor, necesitamos usar sus mismas tácticas e infiltrar sus filas con gente honesta, que no tema perder los excesivos e injustificados privilegios de que gozan para comenzar a promover cambios en bien de todos.
Yo la verdad no le veo salida, si te quejas eres un inconforme, si agotas las instancias legales y te manifiestas o marchas eres un agitador, si haces paro eres un flojo y si te encabronas eres un terrorista, ¿otra revolución?, no estoy muy seguro de eso, matar no soluciona nada, pensar y proponer tampoco, actuar si, pero ¿cómo?