sábado, 19 de diciembre de 2009

El regreso...

Hijole, pues con la pena del mundo, pero si estuve desconectado del blog por un buen rato. Fue gracias al reclamo del César que me animé a escribir de nuevo. La verdad es que temas no han faltado, pues en este circo que llamamos México y el cual está gobernado por los animales, pues la gente quien sabe donde se metió, nunca falta de que cagarse de la risa, que si trampan a la Tuta, que si le agarran las nalgas a la Guzmán, que si les valieron madre los niños de Sonora quemados, pues ya vimos que los políticos son capaces de todo.
En fin, prometo volver a poner mis palabras en este medio con algunas fotos que he tomado por aquí y por allá.
De novedades pues no sé si por donde empezar.... mi negocio ahi la lleva, a pesar del Municipio de Oaxaca, a pesar del SAT y a pesar de los rateros que ahora deambulan despreocupados por las calles de la Verde Antequera, quizás debamos ir preparando el anidamiento de una Gaviota en los Pinos, o meter a un manicomio al Presidente Legítimo, pues como que ya perdió piso, o de plano, ir a ver al Juanito encuerado en sus obras de teatro.
Corajes y carajos ya veremos en el perdiódico, por lo pronto quiero comentar mi último hallazgo literario, el cual sucedió en noviembre cuando se llevó a cabo la Feria In-ter-na-cio-nal del libro de San Pancho de los Palotes, ahi me encontré, dentro del acervo de la Biblioteca Popular de Chiapas un volumen del poeta Uberto Santos, leí dos tres poemas antes de comprar el libro y como me gustaron bastante pues lo compré, y la verdad es que no me arrepiento de haberlo adquirido, pues poema tras poema han sido felices lecturas. La verdad es que fue un doble descubrimiento, pues en la presentación hay una lectura de la poeta Ámbar Past, la cual es en verdad impresionante, espero conseguir textos de ella muy pronto.
Por lo pronto les trascribo uno de los muchos poemas excelentes de Uberto Santos:

Estoy
inventándome un nuevo latido para que me oigas
para que seas la lluvia que no tuvo mi sed

Estoy aqui
y no soy más que el llanto que tuviste por herencia,
la pinche piedra que siempre dio con tu pie,
viejo verde,
triste nauyaca,
estoy aquí,
así, hasta que el viento me llene tu cuerpo


Uberto Santos.

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