Activistas al grito de guerra

Hace unos días, andaba en una especie de festival cultural en el Centro Cívico Zaidín, acá en Granada, todo estaba muy bien, muy nice y folkórico, danza árabe, cantaores y bailaoras de flamenco, la tarde estaba muy agradable y me senté afuera del escenario, porque la verdad es que me dolió el codo pagar y desde el sitio en el que me encontraba podía ver y escuchar el espectáculo, como cuando conoces a alguien que vive en un edificio alto enfrente de un estadio y te echas los partidos y los conciertos a gusto.
Bueno, pues estaba es esta situación de ensueño, cuando de pronto, un espontáneo se lanzó al ruedo apenas terminar la danza árabe, sintiéndose dueño de si mismo y del mundo entero, como si fuera un Rigo Tovar, tomó el micrófono y lanzó de su ronco pecho un buenas tardes!, lo cual me pareció extraño, porque los andaluces no acostumbran saludar de esta forma, acto seguido se presentó como mexicano, yo me alegré enseguia de encontrar un paisano en estos lares de Andalucía y me acerqué para escuchar lo que el paisano iba a decir.
Bueno, pues para empezar, vestía como todo un turista profesional digno de Disney, tenis recién estrenados, calcetitas deportivas, bermudas de turista europeo, su camiseta de activista (de las que por cierto, ya tenía montada una vendimia), y su cachucha o gorrita recién comprada y que le hacía juego con el disfraz completo, lucía satisfecho y rozagante, como el que ha comido bien y se ha paseado a gusto, bueno, el asunto es que se presentó como integrante de nosequé jodidos defensores de la tierra y empezó a hablar del conflicto de San Salvador Atenco, de una manera tan rala y superficial que parecía un espectáculo bufo, lo cual no era improbable, porque ahí junto hay un teatro y la Escuela de Teatro de Granada, !pero, no!, era de adeveras, los alumnos de teatro no estaban relacionado con el asunto. Total, la perorata de este ciudadano del mundo fue tan chafa que la verdad me dio pena que alguien lo fuera a relacionar conmigo, así que me refugié en un rincón más discreto, porque finalmente el turista fresa (pijo) se erigió en portavoz de los afectados y la verdad es que no sabía ni el nombre completo de la población de la que estaba hablando ni de su historia, dejando todo a medias velas, y yo, desde mi nuevo escondrijo pude apreciar otro suceso que me dio de que hablar en este espacio.

Pues resulta que estaban otros activistas recabando firmas para apoyar otra causa, sin embargo, pude apreciar que muchos de los hippies que estaban presentes se negaron a apoyar en rotundo, sin dar explicación alguna, a pesar de que les explicaron perfectamente la problemática en cuestión, ya que el personal que estaba reuniendo las firmas, sí estaba informado, habían estado en el lugar de los hechos y conocían la stuación imperante, ya que yo me informé y se me dio la infomación necesaria.

Quiero añadir que en Granada los hippies se dan en racimos, salen hasta en la sopa, en la ciudad pueden apreciarse pintas y grafitis contra leyes injustas, contra la opresión, en favor de la igualdad y la libertad y a ellos se les puede ver por todos lado. Ese dia, había muchos hippies en el lugar, no tengo nada en contra de lo hippies de verdad, sino que me cagan los que aparentan ser hippies, pero en fin, profundizar en esto sería filosofar mucho y en este momento no me da la gana hacerlo.
A estas alturas me he dado cuenta que el activismo tiene muchos matices, los hay los de a deveras, es decir, que trabajan con sinceridad y compromiso y los hay de cartón, también los de las cadenitas de internet y los que distribuyen volantes, he visto muchos de ellos que viven como príncipes, viajando, comiendo y pisteando mientras visten sus camisetas de Marcos, Rezizte, Tíbet, Che Guevara y dejan sin lavar su pelo durante meses para aparentar ser mas rebeldes. Creo que éstos son los más peligrosos para las causas, porque trivializan las luchas sociales y las hacen parecr menos serias, por eso es mejor saber detectarlos, cuestionándolos y verificando su militancia así como su grado de compromiso, porque creo, que el mundo está tan jodido, que la solución está en la gente, no en los conciertos de Río (o chingaderas similares), ni las cumbres de los países, la solución creo yo, saldrá de grupos sociales apoyados en la solidaridad y la confianza, pero por mientras, ya son muchos representantes que no sirven de gran cosa y que hay que mantener: partidos políticos, curas, militares, senadores, diputados, curas y ahora pseudo-activistas enquistados en ONGs, así que si van a apoyar una causa háganlo sinceramente o por lo menos no hagan los panchos que mi paisano. Aquí les dejo una liga que se relaciona con el tema, mis agradecimientos para Gracia por encontrar esta referencia.

http://www.revistareplicante.com/6/indicecontracultura.html