lunes, 13 de octubre de 2008

El buen Mee-gooh

Muchos de los que leen este blog saben que no me gusta estarle buscando la piedra a los frijoles, sobre todo si se trata de obras de creación, como lo suponen libros, canciones, películas, obras visuales o de teatro y esto es porque al tratarse de creaciones personales, las fronteras de lo artístico y del buen gusto se vuelven imprecisas y difusas, los cual, pienso yo se debe a la diferencia de criterios entre el creador y el espectador-lector, en fin, a lo que iba es que siempre que escribo es para recomendarles algo, pero en esta ocasión es para hacer todo lo contrario.
Resulta que en compañía de cierto funcionario estatal, compañero de mis más recientes correrías aquí en la frontera tamaulipeca, renté una película que se llama Dragon war, que mamonamente llaman en todos lados D-war, la aportación de esta semana se llama como se llama porque en la película el dragón malo tiene un nombre matoncísimo, pero el bueno se llama El buen Mee-gooh, nombre tan cursi que me hace pensar que si no le habrá ocurrido a Pablo Milanés o a los de Maná.
Pocas veces le pido al Señor, que deje caer su furia bíblica sobre alguien, sin embargo, en esta ocasión, estoy suplicándole que deje caer un asteroide espinoso, sobre la jeta del elenco de esta película, incluidos directores y productores, es más!, incluido el bato que me la rentó. Mi furia dominguera se debe a que la película es deveras un verdadero bodrio digno de Televisa, los actores son tan malos que parecen ser de telenovela mexicana: los movimientos se ven bien fingidotes, los diálogos están mal hechos, la trama es hueca como cabeza de político y hasta las peleas dragonescas están bien chafas, es por esto queridos fanátic@s que viven la pasión de este blog que les quiero advertir que NO renten esta porquería, yo creo que ni el buen José Juan Aboytia, escritor y coleccionista de cine chafa allá en Ciudad Juárez, aguantaría los 85 minutos de este vómito cinematográfico.
Bueno, después de haberme desahogado para sacarme las malas vibras, quiero hacer todo lo contrario y es que el sábado 11 de octubre, fui invitado por mi querida vecina Ludivina al teatro para ver la obra de teatro El Avaro, escrita por el gran Moliére, en esta obra el avaricioso Harpagón es interpretado por Rafael Inclán, ¿se acuerdan de este tipo?, la verdad es que no lo podía ubicar como actor de teatro, debido a que en mi cercana adolescencia y juventud fui acérrimo aficionado a las películas que hacía él y toda la realea como El flaco Ibáñez, Luis de Alba o El Caballo Rojas, que tiempos aquellos!, ¿Quién no recuerda El Garañón, Los albañiles o Calientes y picosas? (Si se llamaba así? O ya me balconeé)
Bue!, el asunto es que mientras veía a Inclán interpretar las líneas escritas por el gran satírico no podía dejar de pensar en Los lavaderos y otras bellezas parecidas, la adaptación de la obra para el público popular mexicano es muy buena, y sustituye el trasfondo satírico que inyectó el autor por agradables dosis de picardía mexicana (ja ja ja, como en las pelis) y la verdad es que el señor Inclán sabe su negocio e hizo que la obra, aunque un poco alejada del guión original, fuera divertida.
La obra fue presentada en el Teatro de la Reforma, en el mero centro de Matamoros, dentro del marco de las celebraciones del XVI Festival de Otoño de Tamaulipas.
Es altamente recomendable asistir a la presentación de esta obra, si no está incluida dentro del programa del teatro de su localidad pueden optar por conseguir la obra escrita, no es tan deliciosamente degustable, pero la magia del carácter picoso de Moliére se puede sentir, si van a comprar el libro, ya saben que a mi me gusta recomendar las ediciones de Castalia, Cátedra y el Fondo de Cultura Económica, pero si andamos cortos de feria en plena vacasflacas pues siempre estarán ahí las ediciones de Porrúa que es buena editorial y como último recurso tenemos Editores Mexicanos Unidos, el asunto de recomendar esta o aquella edición es que las ediciones críticas como Cátedra o Castalia traen un breve estudio al inicio del libro donde explican un poco el marco histórico, social y político de la obra, así como datos biográficos del autor.
Y ya que andamos encarrilados con cine mexicano, salió en las noticias de esta semana que se murió el actor de las películas La risa en vacaciones, ya ven que estaba el chaparro y el barbón, pues que se acaba de morir es el barbón, mala onda, porque aunque chafas las películas si te hacían reir un chorro.
Ya para despedirnos, les diré a mis amigos católicos que cuentan con un nuevo santo para su colección, ya anda circulando una estampita de San Canaca, deidad surgida del ciberespacio para deleite de la raza. Y antes de que se me pase, envío una felicitación a mi vecina Raquel González por su cumpleaños que es hoy mismo.

2 comentarios:

Clark dijo...

Ahora si que me hiciste recordar a Ignatius Reilly con tu sinopsis de la pelicula esa Dragon Wars, o como fuera, hehe.

Mario García Jiménez dijo...

Es que neta, ne dio mucho coraje que me vieran la cara...
Lo que si estaría padre es conocer lo que diría Ignatius