Las actuales leyes y el sistema de aplicación de justicia están hechos para ser manipulados a conveniencia, ahora los rateros andan con sus amparos en la bolsa, las víctimas terminan siendo acusados, como hemos visto en Oaxaca.
Creo que primero los babosos de este partido deberían proponer un cambio al sistema de justicia, pero no creo que puedan, porque es sabido que este partido no es un movimiento social, sino un negocio familiar, que está lleno de lo mismo que los demás partidos. No conocía a nadie de este partido, sin embargo, allá por el norte, conocí hace tiempo, a un tipo sumamente rata, que ahora es candidato por este negocio verde, lo cual nos dice, al menos en el caso de los políticos: El rata nace no se hace.
¿Pena de muerte? Creo que primero necesitaríamos un sistema de justicia infalible, al menos presentar a los que en realidad cometieron el crimen, si ahora atrapan a alguien lo presentan como PRESUNTO, la palabra favorita de este sexenio Calderonista es PRESUNTO, atrapan puros presuntos (porque en realidad no tienen forma de comprobar IRREFUTABLEMENTE la culpa); no nos dicen este wey fue y luego cuando presentan a uno como el malo de la película, nada nos garantiza de que no se trate de un chivo expiatorio, todo esto debido a un sistema corrupto e ineficiente de justicia.
Hace muchos años vi una película chafa (pero muy entretenida) de Silvester Stallone que se llama El juez Dredd, cinta basada en los cómics del británico Allan Moore, escritor polémico y de ideas fuertes, la cuales plasma en sus historias y que se dejan ver aun después de ser cribada por Hollywood. En El juez Dredd, se ve como los jueces, cuando llegan a una edad de retiro, no son premiados como se hace actualmente, sino que son enviados al destierro en un planeta seco, salvaje y desolado y no se vuelve a saber de ellos.
Esta idea me gusta, porque de esta forma los gobernantes y administradores de justicia saben lo que les espera después de que terminen su mandato y de esta forma saben que no hay un después en el que puedan disfrutar lo que han robado. En fin, ¿a quién no le gustaría ver caminando por el desierto ganándose la subsistencia a los Salinas, a Echeverría, a López Portillo, a los Foxes o a la incómoda famiglia calderonista?
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