Los transcribo por un par de razones, la primera de ellas es porque los poemas me parecieron excelentes, creo que conforme vamos creciendo vamos perdiendo ciertas cualidades digamos humanas, como la capacidad de asombro, la capacidad de aceptar las cosas sin juzgar, la capacidad de expresar lo que sentimos realmente y con el paso del tiempo nos vamos cubriendo los ojos y la voz de prejuicios, de vergüenzas, y de miedos, si no, pregúntate ¿cuántas cosas te callas o dejas de hacer por vergüenza? ¿o porque en la escuela, el catecismo o la familia te dijeron que estaban o se veían mal?, por eso me gustó ese poema, evoca más al humano que a un portador de máscaras.
La segunda razón es porque siempre he tenido la personalísima creencia de que los poemas que más se gozan son los que despiertan ese disfrute tan intenso que suponen un retorno en el tiempo, si no ¿por qué cuentos, novelas, canciones y poemas siempre hablan de un tiempo pasado que siempre fue mejor?, los poetas escriben mejor cuando se acercan aunque sea por la tangente a los sentimientos más arraigados en nosotros y los cuales los tuvimos a flor de piel en la niñez.
Enhorabuena a Gabriel Humberto, sus poemas no son para leerse una vez y una felicitación al colectivo de Palabras de Arena por promover este tipo de proyectos.
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