Yo creo que cada país tiene su propia personalidad y el derecho soberano de protegerse con todos los medios a su alcance, de ninguna manera creo que se trate de discriminación, lo que si es cada país le hace como puede, si nos pareció excesivo lo que hicieron los chinos debemos recordar que así son ellos, drásticos hasta con su propia población, con respecto a Cuba el asunto es más político, recordemos que estamos gobernados por la derecha, la que nunca se va a llevar bien con el régimen cubano y con respecto a las medidas adoptadas por los sudamericanos, la verdad es que están en su derecho de suspender vuelos y hacer revisiones, saben y sabemos que nuestros gobernantes no se caracteriza ni por su eficiencia ni su honestidad , así qué esperanzas de que estén diciendo la verdad. Quizás haya habido algunos casos de discriminación en el mundo, pero donde creo menos probable la discriminación es en Sudamérica, el periodicucho El Universal tiene una sección de comentarios en donde muchos mexicanos , que cayeron en la trampa, desplegaron sus dotes de ignorancia, intolerancia y arrogancia insultando a sudamericanos, cubanos, haitianos, chinos y españoles, mal por los arrogantes, mal por este medio de comunicación tan poco serio. No digo que no lo lean, léanlo cuando gusten pero sepan el poco criterio editorial que tiene.
Y ya que estamos hablando de sudamericanos, quiero informarles que el domingo murió el poeta Mario Benedetti, escritor muy querido por mí, ya que tengo una deuda enorme e histórica con él. Dos fueron las obras que me iniciaron en la literatura, la primera fue La Iliada, que leí en mis primeros años, creo que era una edición de Novaro para niños, quizá tendría yo unos siete u ocho años, pero aún ahora, con todo y mi bonche de años, cuando veo un atardecer o un amanecer no puedo evitar recordar la frase: “La aurora de rosáceos dedos” tan usada en los cantos de la conquista de Ilión.
La segunda obra fue Primavera con una esquina rota, texto que me impactó profundamente y tuvo mucho que ver en la formación de lo que yo creo y percibo que es la nostalgia, el romance y la literatura. Primavera con una esquina rota es el libro que me empujó a leer a Cortázar, a Borges, a Pérez Galdós, a Rulfo y de ahí el infinito e interminable viaje a la constelación de la literatura.
Tengo una deuda profunda con Benedetti, con Uruguay, con Sudamérica, ¿discriminación?, no lo creo, más bien siento (tristemente) que es nuestra manifestación de la falta de amor propio.
1 comentario:
Quién puede olvidar a Laura Avellaneda y a Martín Santomé y aquello de que "Ustedes cuando aman, exigen bienestar, una cama de cedro y un colchón especial. Nosotros, cuando amamos, es fácil de arreglar: con sábanas, qué bueno!, sin sábanas, da igual".
Como el maestro Mario dice: Benedetti marcó a una generación y, más que una puerta a otros escritores, es parte del sistema venoso lietrario latinoamericano, donde cada uno de los autores se conecta con el otro y lo lleva y lo trae igual que a él mismo lo refieren y lo señalan otros. Salud a Benedetti y a los que disfrutamos leer este blog.
Publicar un comentario