Sin embargo, nos hemos preguntado ¿para que sirve?, la conciencia ya la tenemos, ya sabemos que si seguimos calentando el planeta vamos a alterar sus ciclos vitales, y no gracias a las campañas de oscuras organizaciones como la WWF ( que es la que promueve este evento) si no, las que verdaderamente han difundido un mensaje, aunque usted no lo crea, es gracias al cine hollywoodense, películas como El dia que la tierra se detuvo, El día después de mañana, Ultimátum a la tierra y otras más que seguramente escapan a mi memoria en este momento ya lo han advertido.
A lo que voy, ¿en que beneficia realmente?, ora si, que por qué nos hacemos weyes, si lo que verdaderamente afecta al planeta, es la industria petrolera, la ballenera, las mineras, las embotelladoras y TODOS nosotros , Estados Unidos se pone la camisetita del pandita pero no firmó el acuerdo de Kioto, firmó hasta esta semana una iniciativa para exigir a las compañías automotrices a fabricar autos con menos gasto de combustible (a que no adivinan quien fábrica chingomil Hummers), Canadá sigue matando focas, Japón sigue cazando ballenas, Monsanto sigue envenenando y patentando la biodiversidad y La Coca Cola sigue secando mantos acuíferos en todos los continentes, según los gobiernos y las corporaciones nadie tiene la culpa (nomás en Chile están partiendo un glaciar para que una minera pueda extraer oro) pero el hecho es que el planeta se está afectando.
Es claro que con los gobiernos no contamos, para ellos, en su aguda estupidez, lo importante es el dinero, lo importante es crear fondos, crear legiones de burócratas, nuevas oficinas y cacarear que tantos y tantos millones se han destinado ¿a que?. A todos los demás el planeta nos importa un carajo, a ver, ¿cuántos de nosotros hemos dejado de usar bolsas de plástico, o comprado agua en botellas del mismo material?, ¿cuántos podemos prescindir del transporte automotor?, ¿Cuándo hemos exigido un transporte público limpio y eficiente?, ¿cuántos vamos a reforestar?, ¿cuántos hemos dejado de desperdiciar papel?, intenciones si hay, pero el camino al infierno está tapizado de buenas intenciones.
Hará cosa de un año, que unos científicos lanzaron un llamado de alerta (que nadie peló), pues habían llegado a la conclusión de que el daño al planeta ya era irreversible, la verdad es que yo les creo, pues veo el deterioro ambiental en todas partes, mucho se ha pedido a México, Brasil, Colombia, entre otros que detengan la destrucción de sus bosques y sus selvas, pero la tala inmoderada y la producción de papel es una industria galopante.
Campañas podemos hacer muchas, pero mientras no dejemos de usar plásticos, de desperdiciar el agua, mientras dejemos que los bosques y selvas se conviertan en páramos gracias a la ignorancia de unos y a la avaricia de otros, mientras usemos papel como locos, mientras sigamos usando el auto, mientras sigamos comprando productos de empresas que dañan el planeta, no pasará nada, nada bueno digo.
No se aguiten, el daño está hecho, mejor hay que pensar como vivir con lo que tenemos pues no hay ni la tecnología ni la voluntad humana para revertir lo que se ha hecho.
Así que hoy, muchos apagarán sus luces, gobiernos y corporaciones dicen que participarán, es obvio que lo hacen por un mero ardid publicitario, así que, si alguien me pide que regrese a la edad de las cavernas durante una hora, lo haré gustoso, pero lo haré para darle gusto a ese amig@ o familiar y contribuir que esta noche se vaya a su camita a dormir tranquilit@, pues ahorró una hora de energía eléctrica, pero no por otra cosa, pues apagar las luces no ayudará en nada. Por cierto, la foto la tomé en San Antonio Cuajimoloyas, en la región mixteca de Oaxaca.